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“La certeza es la confianza en que algo va a suceder. El conocimiento seguro de que está hecho. La certeza es lo tangible, lo demostrable y perdurable.”


Éramos tan sólo espectadores. Corrían los años 80, cuando tan sólo éramos un grupo de trabajadores de la sanidad que decidió cambiar la historia de este querido gremio, aceptando ser postulados como miembros de la Comisión Directiva de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA – Filial Córdoba). Allí es donde nos impusimos la tarea de estudiar con absoluta responsabilidad todas las necesidades del gremio para poder superarlas, consolidándonos con la participación de todos. Fue así que luego de consagrarnos como nueva conducción, tuvimos que agudizar el ingenio para satisfacer las necesidades que padecían nuestros compañeros del sector.
Unos de los compromisos asumidos fue la implantación del ESTATUTO-ESCALAFÓN ÚNICO PARA EL PERSONAL DE SANIDAD ESTATAL, gestionado ante los Poderes Legislativos y Ejecutivo de la provincia la propia sanción de la Ley respectiva. Ese estatuto propio redactado por la “Agrupación Celeste y Blanca” contemplaba lo siguiente:

• La carrera hospitalaria y sanitaria de enfermería.
• Auxiliares técnicos.
• Administración.
• Maestranza.
• Servicios generales, etc.

Garantizando y reglamentando:
• La jerarquización por especialidades o funciones.
• Junta de calificaciones.
• Promoción y ascensos automáticos.
• Concurso de oposición en vacantes.
• Bolsa de trabajo al ingreso, etc.

El anteproyecto, previó la representación de A.T.S.A. en todos los mecanismos de decisión.
LAS 6 HORAS
Desde esta Comisión, nunca se escatimaron esfuerzos en la continua lucha de llegar a la plena vigencia y actualización de Convenios Colectivos de Trabajo (Ley 14.250), actualización de categorías, modernizar las cláusulas sociales, pago de títulos, actualización de plus, etc.
Desde aquella década de los 80, el gremio fue afrontando con grandes sacrificios crisis económicas y especulaciones, siendo los trabajadores los que debíamos soportar penurias y realizar mayores esfuerzos de una situación que se encontraba en total desequilibrio, oponiéndonos siempre a la enajenación de nuestra economía y la de nuestros hijos, sosteniendo a rajatablas, el pregón de la Justicia Social.
En los comienzos de nuestro accionar, complejos en cuanto a la labor de recomponer la confianza y credibilidad perdida por el mal desempeño de comisiones anteriores; heredamos grandes sumas de dinero, cuentas bancarias en descubierto en rojo, como así también tuvimos que revertir la alicaída imagen del gremio frente al Estado y empresario, donde se inició la ardua tarea de desplegar intensas negociaciones con ambos sectores en pos de lograr mejoras en las condiciones de trabajo y en el nivel de remuneraciones en las ramas estatal y privada; paralelamente se comenzó a trabajar con la Federación Nacional F.A.T.S.A., en la cual nuestro compañero Ricardo López fue designado Secretario de Deportes y Cultura.
Desde un primer momento sabíamos que el desafío con el cual nos enfrentábamos era tremendamente angustiante ya que debimos realizar múltiples negociaciones con participación de asesores letrados para solucionar los juicios, embargos e incidentes ocasionados por conducciones anteriores; problemas y dificultades que fueron saneadas con acuerdos de pagos acordes a las funciones reales de posibilidades financieras que el gremio poseía en ese entonces.
Debimos emprender una prolija y austera administración de los fondos, lo que permitió cerrar el primer ejercicio con superávit, revirtiendo así el déficit que venía soportando el sindicato. El accionar gremial comprendió permanentemente inspecciones a los establecimientos privados y estatales, reuniones y asambleas continuas con los compañeros con el fin de establecer una comunicación fluida con la organización sindical.
Siempre y en todo momento existió la firme decisión de agotar todas las instancias de diálogo para lograr plenamente las reivindicaciones de los trabajadores.
Nunca hemos bajado los brazos, ni renunciado a la lucha constante de bregar por la recomposición salarial, la estabilidad laboral y la fuente de trabajo de nuestros compañeros, procurando lograr acuerdos justos que se fueran adaptando a todos los momentos que tuvo que vivir el país, tratando siempre de mantener la paz, sin llegar a provocar situaciones de conflictos.
Hemos demandado entre dirigentes y trabajadores a través de varios años a los distintos gobiernos de turno máximos esfuerzos para lograra reactivación, donde se bregó por la unidad que se vio reflejada en la jerarquización, revitalización salarial y laboral. En el año 1993 los trabajadores de la salud sufrieron nuevamente serias consecuencias de la crisis que afectó al sector, frutos de intereses y maniobras urdidas por los propios empresarios prestadores de la salud.
A.T.S.A. denunció siempre estas maniobras que sólo iban en perjuicio de los trabajadores, quienes a pesar de su abnegada labor y bajos salarios, eran los que mantenían con su esfuerzo denodado todos los estamentos sanitarios de pie, para brindar la cobertura de las necesidades mínimas de la comunidad; luchando y reclamando por falta de pago de sueldos y recibiendo a cambio en más de una oportunidad, intimaciones del gobierno provincial. La paciencia marcó límites. Por ese motivo permanentemente estuvimos denunciando este tipo de atropellos. UNA OBRA DE GRAN EMBERGADURA Y ORGULLO PARA LA FAMILIA DE LA SANIDAD.
El año 2002 nos volvió a golpear sin piedad, pero parece que la realidad que debimos afrontar, siempre nos quiso tener a mal traer.
Para el grupo de dirigentes que hace varios años venimos en la lucha social, nos guiaba la esperanza de que el futuro sería mejor, pero la realidad nos mostró con creces que sería lo contrario.
El 2002 fue la contracara de esos deseos de bonanza y buenos augurios que deseábamos para con nuestros queridos trabajadores. Pero lamentablemente no sólo no mejoramos sino que retrocedimos en numerosas conquistas sociales.
Debido a un quiebre de la política, el trabajador y el trabajo, se fueron devaluando, tanto en cantidad como en calidad, quedando lamentablemente al nivel del resto de los países latinoamericanos; objetivo que fue impuesto por los poderosos del norte y que nuestros políticos no supieron ver.
Desde A.T.S.A. Córdoba siempre hemos trabajado para poder aumentar los salarios y mejorar las condiciones laborales, además de la apuesta constante a la capacitación de nuestros compañeros. Porque hemos creído firmemente que aquel trabajador que está más capacitado, no sólo eleva su nivel cultural, sino también su estándar de vida, posibilitando que sus hijos accedan a la ecuación y al progreso que ella facilita.
Obviamente que, a raíz de la feroz crisis en la que tuvimos que estar inmersos todos los argentinos, es que nos costó encaminarnos, puesto que el país atravesó una situación inédita nunca vivida en los últimos cien años.
El gobierno que parecía ajeno y lejano, no encontraba el rumbo, dilató decisiones políticas que hubiesen ayudado a descomprimir aquella situación que sufrimos todos y donde la dirigencia sindical se desacreditó sufriendo un desprestigio innecesario en los últimos años, donde se nos tachaba de: malos, ineficientes y corruptos: generalizaciones injustas que potenciadas a través de los medios de comunicación, nos dejaban sin la posibilidad de defendernos.

Hubo que volver a plasmar en todos los trabajadores la credibilidad en las instituciones, fruto de la desconfianza que generó toda esa incertidumbre. Pero la incansable lucha y el tesón por permanecer trabajando con humildad, sacrificio, capacidad y honestidad hicieron que así continuáramos de pie y que siguiéramos actualizándonos en la medida de las posibilidades, participando en congresos, seminarios y jornadas vinculadas al tema de la salud. Asimismo nunca dejamos de reconocer y agradecer la paciencia de nuestros compañeros, que continuaron poniéndoles “el hombro” a todos los males y vicisitudes que debimos padecer: empresas pobres, patrones ricos, y trabajadores que estuvieron mal pagos.
Pero siempre consideramos que debíamos redoblar esfuerzos y continuar en nuestro puesto de lucha, proyectando con ganas y esperanzas un futuro mejor para la gran familia de la sanidad. La lucha para que se cumplan de forma efectiva los derechos que los trabajadores tenemos por ley, no fue sencilla. Requirió convicción, tenacidad y organización para fijar objetivos.
Nuestro proyecto de trabajo se centró en estos importantes ejes: ampliación de la sede de nuestro Instituto Superior, llegar con la capacitación a todos los afiliados del interior, sumar más servicios en la Obra Social, defendiendo día a día el trabajo digno de las compañeras y compañeros de la sanidad.
A.T.S.A. representa real y formalmente a una legión de trabajadoras y trabajadores forjados en el servicio de la población, y como consecuencia de esto, tiene un PRESENTE pleno de vivencias solidarias que se trasladaron a la vida interna del gremio.
Efectivamente, nuestra organización gremial atiende los problemas laborales y sociales de nuestras afiliadas y afiliados con eficiencia y serenidad, sin estridencias ni demagogia. A través del influjo trascendental de servicio social que nuestra gente presta al resto del pueblo, es que A.T.S.A. asume la responsabilidad de mirar hacia el FUTURO donde éste plantea desafíos cada vez más difíciles, profundizando la tarea de formar y perfeccionar la unión técnico-profesional de las compañeras y compañeros embuídos en una tarea de capacitación que dé como resultado una indudable eficiencia puesta en manifiesto a toda la sociedad.
Estamos firmes en nuestras actitudes y perseverantes en nuestros ideales. Somos concientes de que el trabajo que realizamos en pos de nuestros compañeros, nos ha ennoblecido: lo cual hace que esta lucha arduamente emprendida con entusiasmo y amor hacia nuestros trabajadores, sea cada de vez más firme para poder reivindicar a todos y cada uno de nuestros afiliados.
Deseamos desde siempre brindar confianza, contener y dar respuestas a todas las situaciones. Operando con actitudes positivas, para propiciar un futuro estable, seguro y verdadero. Anhelamos continuar en esta etapa en que debemos consolidar todo lo realizado hasta el presente, donde queremos demostrar que, a pesar de todos los vaivenes y vicisitudes que debimos afrontar, A.T.S.A. estuvo, está y siempre estará presente para los trabajadores.